Enron se fundó en julio de 1985 cuando la compañía Houston Natural Gas se fusionó con Internoth, que era una empresa de gas natural localizada en Omaha (Nebraska, EEUU).
Enron fue creciendo, pasó de ocupar el lugar 18 en 1999, al séptimo en el año 2000. Se trataba, de la primera empresa mundial en energía eléctrica con una capitalización bursátil de 67.000.000.000 de dólares. Sus ventas ascendían a 100.000.000.000 de dólares y contaba con 20.000 empleados. Nada hacía presagiar que en un año (3 de diciembre de 2001) se declarara en bancarrota1.
Esta declaración de quiebra, ha supuesto que de los 20.000 empleados que tenía, 4.500 hayan sido despedidos sin preaviso y 11.000 hayan perdido sus ahorros.
En el informe que Enron presentó en diciembre de 2001, Enron declaró tener 24,7 billones de dólares en activos, lo que suponía 38 billones menos que la cifra declarada dos meses antes.
Éste es uno de los aspectos que más se está analizando, debido a lo restrictivo del plan de pensiones de Enron, ya que, entre otros puntos, obligaba a los empleados a tener casi todo el capital invertido en acciones de Enron y su venta era prácticamente imposible. Por ello, al producirse la quiebra y la subsiguiente caída en la cotización del valor, han perdido la práctica totalidad de sus ahorros.
la quiebra de Enron fue Por la falsedad de su contabilidad, Por la ocultación de las pérdidas de 500.000.000 de dólares y de los gastos financieros. Por la mala gestión de contratos de futuros sobre el precio de la electricidad y del gas natural. Para esto se empleaban 250 jóvenes operadores.
Por inversiones equivocadas en la India y Argentina; y en empresas de nuevas tecnologías ( fibra óptica, banda ancha, etc. )
Por gastos extravagantes que nada tenían que ver con el objeto social de la empresa: orquestas, pagos durante 17 años a Andersen por 50.000.000 de dólares anuales, un equipo de base-ball, un estadio, exposiciones en museos, ayuda a Rice University, un elefante para el zoológico, donaciones a las campañas para las sucesivas, elecciones de George Bush, pagos al vicepresidente Dick Cheney, a 76 senadores entre un total de 100 y a los puestos claves del Ministerio de Energía.
La quiebra de Enron ha tenido efectos en muy diversos ámbitos, muchos empleados se han quedado sin trabajo. La razón de esta pérdida estriba en que Enron animó a sus empleados a que invirtieran en la empresa mediante la compra de acciones, impidiendo, posteriormente, que los empleados vendieran dichos títulos, a pesar del rápido descenso de la cotización (la acción de Enron cayó de noventa dólares a tan sólo un dólar).
Bancos. Algunos grandes bancos, como J.P. Morgan Chase y Citigroup habían prestado grandes sumas de dinero a Enron. Debido a la bancarrota sus cuentas de resultados se han visto afectadas, aunque el impacto sobre el total no será notorio. Por ejemplo, J.P. Morgan Chase ha anunciado que las pérdidas debidas a Enron ascienden a 456 millones de dólares (enero de 2002).
Políticos. Enron había donado un total de 5.951.570 dólares a los dos principales partidos de EEUU, el demócrata y el republicano (26% para el primero, y un 74% del total para el segundo), lo que situaba a la empresa entre los principales contribuidores de estos partidos, especialmente el republicano. Concretamente, en 2001 había donado 173.000 dólares (casi el 80% fue a parar al partido republicano), a pesar de que los directivos de la empresa eran conscientes, o deberían haberlo sido, del negro futuro que se cernía sobre Enron.
2.3.5. Arthur Andersen. Tal y como se ha indicado al principio, la imagen y reputación de Andersen4 ha quedado seriamente dañada, tanto que algunos medios sugieren que las "cinco grandes" auditoras, pasarán, en breve, a ser las "cuatro grandes" auditoras. Los indicios apuntan a que Enron, uno de los mejores clientes de Andersen, no era imparcial e independiente a la hora de emitir su informe de auditoría, debido al gran volumen de negocio que Enron generaba5. Además, Andersen destruyó documentos financieros de vital importancia unos días antes de que los investigadores del congreso se personaran en las oficinas de Enron en Houston. Por último, la relación entre Enron y Andersen no era solamente una relación empresa-cliente, sino que se extendía a lazos personales, puesto que dos de los principales ejecutivos financieros de Enron habían trabajado previamente en Andersen (Richard Causey y Jeffrey McMahon).
En el año 2000, Enron pagó a Andersen 25 millones de dólares por la auditoría y 27 millones de dólares por diversas actividades de consultoría.
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